La novela detectivesca en México un auge en nuestro país. Quizá porque ante la ineficacia de las autoridades, la literatura imagine ficciones donde se logre restaurar el orden, o porque simplemente se intenta mostrar el yugo bajo el que una sociedad como la mexicana se ve sometida.
Entonces tenemos detectives resolviendo misterios, restaurando el orden lo mejor que pueden o hasta donde el sistema les permita. Así que mucha de la literatura detectivesca, policiaca, criminal, negra o noir (los adjetivos son muchos y variados) adopta un discurso de gravedad acorde a los horribles sucesos que narra y no es para menos, pero ¿qué pasaría si a México lo llamamos Ciudeath (por eso de un país lleno de muertos) y todos los marginados de nuestra sociedad fueran fantasmas (sí, fantasmas) que, como las minorías en el mundo, pelearan por sus derechos en medio de una metrópoli dividida entre liberales y conservadores? Bueno, esa es la geografía fantástica de la novela Adicción a ver muertos (Serie RedRum, Ediciones Periféricas, 2020), primera entrega de la saga “Sorel & Cía.” del escritor mexiquense Oswaldo Buendía Galicia (1983).
Irreverente, políticamente incorrecta y muy entretenida novela nos cuenta las aventuras de una extraña pareja de detectives (un hombre con “extraordinarios problemas de edad” y un enano fantasma), que intentan resolver los casos más insólitos hasta que se ven inmersos en la guerra que un grupo narco-terrorista tiene contra el gobierno, y de los atroces crímenes de una cruel y demoniaca figura.
Adicción a ver muertos se disfruta como una excelente película de Serie B ochentera. Pero no es cine, es una nueva propuesta de literatura mexicana altamente recomendable.
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