Un año después de el capítulo titulado Los últimos Jedi, la historia continúa con los restos de la Resistencia a punto de colapsar, porque tendrán que enfrentar una vez más a la Primera Orden, en una serie de conflictos que enfrentan el pasado con el presente.
En el centro de toda la trama, está el antiguo conflicto entre los Jedi y los Sith, quienes con el apoyo del emperador Palpatine, intentan resurgir con mucha más fuerza. Al mismo tiempo, la saga de los Skywalker encuentra un final definitivo.
Bajo la dirección de J.J. Abrams, las actuaciones de Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega, Oscar Isaac, y los clásicos Carrie Fisher, Mark Hamill, Harrison Ford, la cinta desgrana una serie de referencias a los capítulos anteriores, para lo cual reconstruye la historia o justifica lo que sea necesario para concretar esta nueva entrega.
Entre los aspectos mejor consolidados se encuentra la innegable interpretación que se hace del papel de los personajes femeninos, quienes en primero o segundo plano, detonan los acontecimientos más relevantes de la historia.
A la par, se generan nuevas incógnitas acerca del presente y pasado de los personajes, de Rey a Lando Calrissian, de los hermanos Skaywalker a Fin y su posible romance son la protagonista. Incluso el futuro de los Jedi queda en duda… en el clásico “continuará”.
Con el elevado nivel narrativo y acción trepidante que caracteriza al cine de J. J. Abraham’s, el uso de lo más nuevo en efectos especiales -que regresa a la saga a Luke y Leia muy jóvenes-, este prometido último capítulo es complaciente con los fanáticos, objeto de señalamientos de la crítica, y material para disfrutar por parte de las nuevas generaciones.
Este último, es el punto más sobresaliente de Star Wars: El Ascenso de Skywalker: la posibilidad de capturar nuevas audiencias, que ávidas de encontrar figuras que se conviertan en su máxima referencia generacional, algo que la saga completa ha hecho desde los años 70, y que encuentran en esta entrega lo necesario para conseguirlo.
Parece pedir mucho a una película de ciencia ficción, pero su innegable legado en la cultura pop, ahora se hace evidente su proyección al futuro, a temas de verdad importantes como la violencia de género y su inaplazable necesidad de frenarlo.